Medina Azahara. Una historia de amor de más de 1.000 años.

Cuenta la leyenda que era tanto el amor del Sultán hacia su favorita al-Zahrá que prometió construirle la más magnífica ciudad que los ojos hubieran visto.


Una ciudad que llevaría el nombre de Madinat al-Zahrá, Ciudad de Azahara, ciudad brillante, ciudad de la flor.

Para ellos utilizarían los más  valiosos materiales: Ébano, mármol, marfil y piedras preciosas.

La más bella ciudad de occidente nacería gracias al amor. Un lugar donde convivirían el placer y la belleza con el poder del califato. Un lugar que impresionaría tanto que demostraría claramente la superioridad del califa sobre sus  enemigos.

Fue Abd-al-Rahmán III en el siglo X, quien escogería el lugar a los pies de la sierra de Córdoba. Frente al valle del Guadalquivir y orientado de norte a sur, aprovechando perfectamente el desnivel del terreno. Desde su palacio vería cada mañana la ciudad que otrora fue la mayor de Occidente, Córdoba.

En sólo 25 años, a partir del año 936, levantó, gracias al trabajo de más de 10.000 hombres un increíble paraíso y a el trasladaría toda su corte, sería capital del califato, residencia real y sede del gobierno .

La ciudad fue distribuida en tres terrazas; con forma  rectangular, ocupando más de 100 hectáreas, rodeada de una impresionante muralla.

En el lugar más alto, aislado de los demás edificios, estaba el palacio de Abderramán III, unos de los primeros edificios que se construyó. En la terraza media se situaron los edificios del gobierno y otros palacios, así como las salas de recepciones. Entre la terraza media y la inferior, en la parte este de la ciudad, se encontraba la mezquita uniendo ambas terrazas. En ésta última se situaron la gran mayoría de las viviendas.


Sin embargo, Medina Azahara, tal vez la más hermosa de las ciudades andalusíes parecía estar condenada a desaparecer

Sólo 75 años después estalló la Guerra Civil en Al-Andalus y los saqueos, los enfrentamientos y los incendios destrozaron la ciudad más bella de occidente siendo destruida por los bereberes y abocándola al más triste destino, siendo olvidada y convertida en cantera hasta ser cubierta por la vegetación.

No fue hasta el siglo XIX que aquél montón de ruinas fue identificado como Medina Azahara, no comenzando hasta 1910 su excavación y restauración.

A pesar del expolio y el abandono de siglos, y gracias al formidable trabajo de los restauradores aun hoy al visitarla vuela la imaginación y podemos imaginar perfectamente las recepciones en palacio, como partían las tropas a la batalla o como era la vida diaria.

Aunque todo el conjunto es muy destacable podríamos señalar como destacados La Casa de Yafar, El Salón Rico, el Edificio de Alcobas o la Mezquita Aljama con su peculiar orientacion que se desmarca del resto del conjunto.

El nuevo Museo de Medina Azahara, ganador del Premio Aga Khan de Arquitectura, prestigioso premio internacional que se otorga a los principales proyectos arquitectónicos, urbanísticos o paisajísticos del mundo musulmán, contiene una magnífica colección con los restos de la que fue la ciudad palatina y en el podremos comprender perfectamente a través de magníficos audiovisuales y gráficos interactivos la evolución de la ciudad.

Emplazamiento: El Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra se localiza en el kilómetro 5,5 de la carretera de Palma del Río, a las afueras de Córdoba.
Cómo llegar: El acceso se realiza a través de la carretera C-431, quedando el recinto a 8 kilómetros de la capital.  Autobuses del Consorcio de Turismo de Córdoba hacen recorrido hasta la antigua ciudad-palacio califal. 

Medina Azahara, fue una ciudad efímera que perdurara en el tiempo, como la hermosa leyenda que asegura que la más bella ciudad de occidente surgió gracias al amor de un califa hacia una bella muchacha con nombre de flor.


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