La Torre del Oro ¿Parece de oro, es de oro o tiene el oro?

Cuando observamos la imponente postal de Sevilla desde Triana, vemos en el margen izquierdo del Guadalquivir una torre que nos hace imaginar mil y un cuentos sobre para que fue construida o porque la llamamos la Torre del Oro.

Junto a la plaza de toros, la Real Maestranza de Sevilla, y con una altura que ronda los 40 metros encontramos esta hermosísima torre albarrana que antaño defendía Sevilla de la entrada por el río de los enemigos, que a lo largo de su historia fueron muchos y de muy diversa procedencia, aun hoy se ve la cara de sorpresa en la gente cuando se señala que los vikingos atacaban Sevilla remontando el río con sus naves.

El nombre a día de hoy no se sabe exactamente de donde proviene, durante mucho tiempo se pensaba que estaba recubierta de azulejos dorados que con el brillo del sol hacían parecer que era de oro, esto podría estar basado en que en su parte superior aun quedan azulejos de este color que con el brillo dan esta falsa apariencia, pero no puede ser ese el motivo ya que la parte cilíndrica superior fue construida en el siglo XVIII.

Otros indican que estaba cubierta por una capa de cal y paja prensada que le daban ese característico color y más aun al verse reflejado en el río que fluye a sus pies, pero aún hay otra posible causa de su nombre ya que esta torre que ha servido a lo largo de su vida a diferentes causas como bastión defensivo, iglesia o prisión también pudo ser durante un tiempo donde se guardó parte del oro de Sevilla debido a su fortaleza y privilegiada posición.

Lo importante más allá del nombre es que ha llegado hasta nosotros en un magnífico estado de conservación aun cuando desde el principio de su existencia ha sufrido constantes envites contra su integridad.
La primera parte dodecágona fue mandada a construir alrededor del año 1220 por orden del gobernador almohade de Sevilla, y llega hasta los 20 m. aproximadamente, la segunda más pequeña también dodecágona se construyó en el siglo XIV por Pedro I, y como ya dijimos antes en el siglo XVIII se le añadió la tercera parte cilíndrica.

La forma al ser tan extraña para el mundo árabe ha levantado diferentes hipótesis siendo la más poética que la Torre del Oro presente una planta dodecágona  por ser una interpretación musulmana del tema clásico de la «torre de los vientos», lo que explicaría sus doce lados, orientados cada uno de ellos a un viento diferente.

Siempre ha estado rodeada de leyendas, como que desde ella a la Torre de la Fortaleza en Triana corría una gruesa cadena que impedía el paso de los conquistadores. Basta ver el escudo de Santander o el escudo de Cantabria(los primeros conquistadores cristianos fueron cántabros, a las ordenes de Fernando III de Castilla) para ver que tiene cierta base, aunque los científicos la rechazan de todas, todas. Lo que sí es seguro es que la unía una muralla con la Torre de la Plata (mas dudas).

Como indicamos antes ha sobrevivido milagrosamente ya que su demolición ha sido propuesta en diversas ocasiones como tras el terremoto de Lisboa, cuando quedo muy dañada o durante la Revolución de 1868 cuando se desmantelo la muralla que se puso en venta. En esta y otras ocasiones ha sido el mismo pueblo sevillano el que ha impedido a través de protestas, incluso ante el rey, que la torre sufriera ningún tipo de daño provocado a sabiendas y en todos los casos consiguieron darle la vuelta al proceso y obtuvieron permisos y dinero para su restauración y mejor mantenimiento.

Actualmente y desde 1936 hay un museo marítimo donde podemos observar diferentes instrumentos antiguos, grabados o documentos históricos sobre la relación de Sevilla con su río y por tanto con el mar.

Ahora cuando estés mirando este magnífico monumento recuerda que puedes imaginar una historia, y que esa historia puede ser la más verdadera.

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